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Brackets metálicos, ¿Cómo funcionan?

Brackets metálicos, ¿Cómo funcionan?

Entre los tratamientos más usados para corregir la funcionalidad y la estética de los dientes están los brackets o aparatos de ortodoncia.

Pero, ¿cómo funcionan los brackets dentales? Los metálicos tienen arcos de alambre de aleaciones diferentes, con secciones apoyadas en soportes metálicos. De esta forma, el bracket se adhiere a cada diente, en función de su estructura dental, con los ángulos de inclinación y torsión adecuados.

El arco o soporte metálico transmitirá la fuerza al bracket, y el diente irá redirigiéndose a la posición que se busca.

Partes de los brackets metálicos

Para entender cómo trabajan los brackets en los dientes, es necesario tener en cuenta su soporte metálico, ya que ambos utilizan una técnica de ligadura en la que se basa el poder de los brackets para desarrollar movimientos diferentes a lo largo del tratamiento.

Un bracket suele tener tres elementos: uno de ellos es el que va adherido al diente, otro es una especie de vástago con aletas que sirve para integrar las ligas, y un arco o alambre que será lo que aporte presión al diente, con un movimiento de baja fricción en el sentido del arco.

¿Cómo son los brackets metálicos?

Esta ortodoncia no supone brackets metálicos grandes. La fricción con el arco del aparato es mínima, y por ello se potencia el movimiento de los dientes y eso hace que el tiempo de tratamiento sea corto.

Las ortodoncias metálicas están elaboradas con una aleación para los brackets de acero inoxidable y de níquel de uso biomédico. En el caso de personas con alergia al níquel, existen brackets de titanio, aunque su precio es más elevado.

Entre todas las opciones de ortodoncia, los brackets metálicos son los más económicos.

En qué casos usar brackets metálicos
Por su material, pueden utilizarse en la mayoría de los problemas de ortodoncia. Gracias a cómo funcionan los brackets en los dientes, su uso se destina a cerrar espacios, aportar soluciones, apiñamientos dentales, corregir problemas de mordida, dientes superiores que sobresalen…

Brackets metálicos, ventajas

–       Como hemos visto, económicamente son los más asequibles.

–       No existen molestias para el paciente, pues los brackets no tienen bordes afilados. Además de no dañarse los dientes, se extraen con facilidad al fin del tratamiento.

–       Son estables y seguros, su adherencia al diente es grande y no molestan a los frenillos.

–       Pueden colocarse directamente, utilizado gomas de diferentes colores.

–       El efecto final es conseguir una sonrisa estética, equilibrada, y corregir problemas de mordida, así como mejorar la autoestima.

–       Los brackets metálicos pueden pegarse y volver a colocarse todas las veces que se despeguen o se caigan.

–       Estos brackets son higiénicos y sencillos de limpiar. En ellos pueden localizarse más fácilmente los restos de comida que en brackets de otros materiales diferentes.

–       Además de ser más económicos que otras opciones, la función que hacen los brackets es la misma que el resto de modalidades.

–       La durabilidad de los brackets es mayor que la de los llamados estéticos. Aunque los brackets de zafiro y los de cerámica son fuertes y estéticos a la vez, los de plástico y resina son brackets más económicos pero también más vulnerables y frágiles. Los metálicos son los más fuertes y los que mejor adhesión ofrecen.

Inconvenientes
El principal es el estético. No todas las personas desean pasar unos meses con aparatos metálicos en su boca cada vez que sonríen.

Sin embargo, la evolución de la ortodoncia está desarrollando más modelos de brackets metálicos pequeños y de tonos más claros. Incluso son menos voluminosos y ocupan menor espacio que otros tratamientos transparentes. Para estos problemas de imagen, hay una solución ideal que son los brackets autoligables o los estéticos.

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